Agenda 2030: un nuevo marco de trabajo, también para las bibliotecas


Enredadera, nº 36, junio 2021

Alicia Sellés Carot
aliciasellescarot@gmail.com
Presidenta de FESABID
Coordinadora del GT “Bibliotecas y Agenda 2030”
Consejo de Cooperación Bibliotecaria (CCB)





Resumen: En este artículo pretendo presentar, de manera muy breve, no sólo la Agenda 2030 y cómo se están modificando las políticas públicas hacia su consecución, sino también cuáles son las cuestiones principales y las oportunidades o retos que se nos presentan a las bibliotecas. Para ello, realizaré en primer lugar un breve repaso por la Agenda 2030 y después, os propongo una pequeña reflexión sobre el papel de las bibliotecas en el desarrollo, las cuestiones que ya estamos haciendo y que nos alinean con este nuevo marco político, para finalmente enunciar las líneas de trabajo en este ámbito que ha propuesto la estrategia presentada por el Grupo de Trabajo “Bibliotecas y Agenda 2030” del Consejo de Cooperación Bibliotecaria.

 

Palabras clave: Agenda 2030; Desarrollo sostenible; Bibliotecas; Acceso a la información; Información y desarrollo 

 



 ¿Qué es la Agenda 2030?

 

La Agenda 2030 es un compromiso y una declaración de los 193 países que integran la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que fue aprobada el 25 de septiembre de 2015. Se presenta como el marco de acción global de todos los gobiernos firmantes que aspira a un mundo más justo, basado en derechos, equitativo e inclusivo y que compromete a todas las partes interesadas a trabajar unidos en la promoción de crecimiento económico y sostenible, desarrollo social y protección ambiental que beneficie a todos y todas, incluso a las generaciones futuras.

 

Antecedentes

 

La Agenda 2030 es heredera de los resultados de los Objetivos del Milenio (ODM). En el año 2000 los países miembros de la ONU ya se alinearon y aprobaron el trabajo y la acción global, focalizándose en la resolución o eliminación de los problemas o las cuestiones que impedían el desarrollo de los países y que fueron concretados en 8 objetivos. Los resultados en 2015 no fueron los esperados, pero demostraron que las metas funcionan. La acción mundial es el camino que ha ayudado a erradicar la pobreza en algunos casos, ha conseguido aumentar enormemente la tasa de escolarización, aunque continúe existiendo una asimetría en el acceso a los derechos fundamentales pues millones de personas continúan viviendo en la pobreza y padeciendo hambre, sin acceso a los servicios básicos y con grandes brechas. Además, las guerras siguen siendo una amenaza de la humanidad y el cambio climático y la degradación del ambiente son un grave problema al que tenemos que enfrentarnos.

 

Ilustración 1. Objetivos de la Agenda del Milenio

 

En los años anteriores a la finalización del periodo de los ODM se trabajó con convencimiento de que la acción mundial es el único camino. Uno de los hitos más importantes para el cambio de visión de todo este proceso y para la nueva agenda fue la conferencia Rio+20 en la que se plantean, desde mi punto de vista, dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, la necesidad de incluir una visión del desarrollo como un concepto complejo, multidimensional, constructivista, cualitativo en su esencia e intangible. En esta perspectiva es importante ubicar al menos dos tendencias predominantes y que siempre están en tensión, el paradigma del desarrollo asociado a la creación de riqueza, crecimiento económico, la acumulación de capital y el paradigma del desarrollo humano, social, sostenible, desde una perspectiva democrática. La nueva visión propone la sostenibilidad como el equilibrio entre lo social, lo medioambiental y lo económico. En segundo lugar, se propone la necesidad de que el proceso del formulado de la nueva agenda cuente con la visión amplia, no únicamente de los líderes políticos. Los ODS fueron propuestos por un grupo de trabajo abierto de la Asamblea General, pero contó con una amplia participación de la sociedad civil, el sector privado, la Universidad, think tanks y medios de comunicación y de la ciudadanía en general.

 

Cuestiones clave sobre la Agenda 2030

 

La Agenda deberá ser aplicada de manera coherente con las obligaciones actuales de los Estados conforme al derecho internacional, pero para hacer frente a los desafíos de nuestra era, es necesario que aborde el desarrollo sostenible de manera integrada y mediante la acción colectiva, en todos los niveles, con el imperativo predominante de "no dejar atrás a nadie" y de abordar las desigualdades y la discriminación como su rasgo característico más importante.

 

Las “5 P

 

Los 17 Objetivos y sus 169 metas[1] que plantea la Agenda 2030 se focalizan en lo que se ha denominado las 5P: Las personas, el Planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas (Partnership en inglés). Estos objetivos son comprehensivos, puesto que abarcan más y no están dirigidos únicamente a superar la pobreza y el hambre. Además, están interrelacionados (no se pueden satisfactoriamente si no se trabaja en todos los objetivos de manera simultánea y la efectividad en la implementación de los ODS radica en que el cumplimiento de un objetivo tendrá impacto positivo en los resultados de los demás). También son universales y se dirigen a toda la comunidad internacional, a todos los países del mundo, y a todos los individuos. Los ODS son ambiciosos, pero tienen que ser localizados y es necesario que los gobiernos tienen que apropiarse de la agenda y adaptarla a su realidad local. Finalmente, los ODS tienen que ser medibles para facilitar su evaluación y rendición de cuentas.

 

Ilustración 2. Las 5 P de la Agenda 2030

 

Elementos necesarios para la localización de la Agenda 2030

 

Se han identificado algunos elementos necesarios que ayudarán a definir un enfoque común para localizar la agenda: la Transversalización o la concreción a nivel nacional y nivel local, la Aceleración para la orientación de los recursos nacionales hacia áreas prioritarias identificadas en el proceso de transversalización y el Apoyo a las Políticas (velar para que las competencias y los conocimientos especializados que posee el Sistema de Desarrollo de las Naciones Unidas se ponga a disposición de los estados miembros).

 

Seguimiento y examen

 

La Agenda 2030 incorpora un sistema de seguimiento a escala global, regional y nacional. Se ha definido un “Grupo Interinstitucional Experto sobre los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” que presentó su propuesta de 232 indicadores en marzo de 2016, pero que sigue trabajando. Los indicadores globales deben facilitar el seguimiento y revisión de la Agenda 2030 a escala mundial, por ello, en la medida de lo posible, los datos de todos los países deben ser comparables y estar normalizados. Lógicamente las estadísticas oficiales y la información de los sistemas estadísticos nacionales constituyen la base necesaria para el marco de los indicadores, pero se pone de manifiesto que las oficinas nacionales de estadística deben repensar y diseñar otros métodos de recogida y tratamiento de datos para garantizar la calidad, la disponibilidad y desagregación. En base a estos indicadores, los Estados deben preparar informes periódicos y presentarse a los Exámenes voluntarios Nacionales (VNR), puesto que es uno de los mecanismos de revisión a los que obliga el formulado de la Agenda 2030 y que pretende animar a los países a evaluarse ante el foro político de alto nivel. Estos exámenes, no tienen por objeto únicamente el seguimiento de la acción nacional, también pretenden facilitar el intercambio de experiencias, desafíos y lecciones aprendidas[2].

 

Las bibliotecas en el marco de la Agenda 2030

 

Existe una gran conversación (a todos los niveles) y numerosos materiales sobre las “nuevas bibliotecas” o el “nuevo papel” que las bibliotecas juegan o deberían jugar en un mundo cada vez más globalizado, más conectado, más digitalizado. En 2013 la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) publicó ¿Surcando las olas o atrapados en la marea? Navegando el entorno en evolución de la información[3] informe de tendencias en el que empieza a introducir el concepto “Acceso significativo a la información” que es el rol que las bibliotecas y los profesionales están jugando en esta sociedad con grandes tendencias alejadas de los libros. Por ello IFLA nos ha ido proporcionando recursos para reflexionar sobre el acceso a la información y su impacto en el desarrollo.[4]

 

La cuestión de base es que el acceso a la información es esencial para el desarrollo, pero para que esto sea así, este acceso tiene que ser significativo. NO se trata sólo de acceder, se trata también de entender, de tener la capacidad de procesar y de utilizarlo para la creación de nuevas informaciones o para la toma de decisiones. Aquí encontramos ya la justificación para que las bibliotecas no se deban quedar ancladas en el pasado o en los servicios, contenidos y formatos tradicionales, puesto que, aunque tienen que seguir cumpliendo con esta misión en el mundo moderno, las bibliotecas no pueden ser ajenas a los cambios, los avances ni a las realidades que suceden a su alrededor. El futuro puede ser incierto o desconocido, pero los valores de las bibliotecas NO lo son. Lo que se necesita es una mejor preparación, la defensa de sus principios y una buena disposición para aprovechar las oportunidades.

 

La implicación de las bibliotecas en la Agenda 2030 ha sido considerada prioritaria por la IFLA, a nivel mundial, regional y nacional. Las bibliotecas son agentes idóneos para la sensibilización sobre la Agenda 2030, para la difusión de información y recursos para el conocimiento del desarrollo sostenible, pero también de asuntos clave y elementales que la vinculan a los Derechos Humanos. Podemos decir, por tanto, que la pertinencia de incorporar las bibliotecas en la Agenda 2030 de desarrollo sostenible está más que justificada por su rol en la difusión de la propia agenda y de sus principios, pero también es muy interesante visibilizar su contribución directa al logro de los ODS[5]. Este último aspecto es el que se manifiesta en la declaración sobre bibliotecas y desarrollo (2013) y se concreta en la Declaración de Lyon (2014)[6] que sitúa la biblioteca como el único lugar en muchas comunidades en el que las personas pueden acceder a información que les ayudará a mejorar su formación, desarrollar nuevas habilidades, encontrar trabajos, poner en marcha empresas, tomar decisiones informadas en materia de agricultura y salud o entender qué está ocurriendo en cuestiones medioambientales.

 

Ilustración 3. Folleto IFLA sobre bibliotecas y los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas

 

Líneas de trabajo principales para incluir la perspectiva de Agenda 2030 en los servicios bibliotecarios

 

Con el International Advocacy Programme de IFLA para que su acción descendiera a nivel regional y nacional, FESABID (Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística) inició su actividad en este campo y la primera acción a destacar fue la creación de un Grupo de Trabajo en el seno del Consejo de Cooperación Bibliotecaria.

 

Este grupo de trabajo se ha focalizado en la sensibilización y visibilidad, en la recogida y análisis de buenas prácticas de las bibliotecas, aunque en mi opinión lo más ambicioso e interesante es que en 2019 presentó una “Estrategia Nacional de Información y bibliotecas”[7]. Este documento pretende contribuir a la consecución de las metas y objetivos del plan nacional de desarrollo mediante el consenso político y el acuerdo de prioridades en los que converjan los planes y estrategias de las Comunidades Autónomas en materia bibliotecaria. Para ello, se proponen cuatro líneas de acción, que no sólo van dirigidas a los tomadores de decisiones y competentes en materia bibliotecaria, también están pensadas para su localización y transversalización por parte de las asociaciones profesionales y el personal de las bibliotecas.

 

1. Visibilizar las bibliotecas como un servicio para toda la ciudadanía que contribuye al desarrollo sostenible mediante actividades informativas y formativas de sensibilización sobre la Agenda 2030 (como este número de revista) y otras actividades de promoción y activismo no sólo hacia el sector bibliotecario, sino hacia el resto de la sociedad civil y de las instituciones.

 

2. Garantizar el acceso a la información, la cultura y el conocimiento, garantizar servicios bibliotecarios para todas las personas. En esta línea, consideramos básicos tanto los Mapas bibliotecarios, verdaderas herramientas de planificación estratégica que tengan en cuenta las necesidades de la población y de la transformación de la sociedad, como la potenciación de los servicios móviles, los servicios digitales (la pandemia lo ha puesto muy en evidencia) o la necesidad de poner el foco en cambios de modelo de gestión, fomentando el trabajo en red y la cooperación para la prestación de servicios.

 

3. Diseñar y prestar servicios con perspectiva de Agenda 2030 con la suficiente flexibilidad para la localización de objetivos y con la coordinación que demuestre esta aportación. Esta línea es muy amplia y hace referencia tanto al diseño de colecciones, de actividades y de los propios servicios o productos documentales que generamos. En esta línea se presta especial atención a la alfabetización como actividad clave y prioritaria de los servicios bibliotecarios, a las alianzas entre las propias bibliotecas y los diferentes sistemas y a la financiación de los mismos.

 

4. Remodelar, generar y explotar los datos para una evaluación adecuada que incluye la homogeneización de datos de todos los sistemas de bibliotecas, la revisión de los indicadores y mediciones, así como de los mecanismos de captura y tratamiento, además de la realización de otros estudios y mediciones como son las de impacto.

 

Reflexión Final

 

Para finalizar, me gustaría incluir la reflexión de que las bibliotecas son infraestructuras y servicios profesionalizados de acceso a la información, la cultura y el conocimiento y que tenemos la territorialidad y la capilaridad demostrada para participar de forma activa en generar conciencia sobre la Agenda 2030. Además, deberíamos pasar a la acción y superar los modelos tradicionales sólo (o básicamente) vinculados a la promoción de lectura o al apoyo a la investigación e identificarlos también como una herramienta más (y, en algunos casos muy básica) para el acceso a la significativo a la información.

 

Es necesario un sector bibliotecario fuerte, adecuadamente estructurado y dotado para garantizar que nadie se queda atrás y que proporcione servicios y programas que satisfagan las necesidades informativas de las personas (a lo largo de toda su vida) que les permitan una participación plena, activa y comprometida en una sociedad cada vez más cambiante y compleja.

 



[1] Por la extensión del artículo no puedo profundizar mucho más pero es muy recomendable la visita a la página específica para la Agenda 2030 de la ONU

[2] La Plataforma de Conocimiento sobre Desarrollo Sostenible recopila la información que proporcionan los países y de sus exámenes voluntarios

[3] Este documento está traducido al español, además, pueden leerse las sucesivas actualizaciones en https://trends.ifla.org/

 [4] Es muy recomendable la lectura del Informe de IFLA Y TASCHA (2017 y actualización 2019) en https://da2i.ifla.org

 [5] Existen tres herramientas o recursos informativos en los que se recogen actividades y proyectos de bibliotecas relacionados con todos los ODS

·         En primer lugar, el folleto “LAS BIBLIOTECAS PUEDEN PROMOVER LA IMPLEMENTACIÓN DE LA AGENDA 2030 DE LA ONU” que es un folleto de dos páginas que de una forma muy clara evidencia que las bibliotecas contribuyen a todos los ODS.

·         En segundo lugar, “ACCESO Y OPORTUNIDADES PARA TODOS. Cómo contribuyen las bibliotecas a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas” es una publicación que ofrece, no sólo ideas, incluye detalles y ejemplos

·         Finalmente, tenemos el Library Map of the World, con una sección dedicada a las historias sobre ODS

 [6] Es muy interesante y muy breve su lectura https://www.lyondeclaration.org/

 [7] La propuesta inicial de estrategia puede encontrarse en la web del CCB en el que se desarrollan las ideas principales que hemos incluido en este artículo.

 

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