Enredadera, nº 29, junio 2017
Amparo Almero |
Resumen: A lo largo de estos veinte años, los profesionales de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC hemos tenido capacidad para adaptarnos a los distintos ámbitos a los que nos han llevado las nuevas tecnologías y la evolución de la política científica, dando siempre respuesta a las nuevas necesidades que han ido surgiendo tanto en los usuarios, como en la institución y prestando servicios de calidad. Enredadera ha sido un claro medio de transmisión de esta evolución de la Red.
Palabras Clave: Revistas profesionales; Bibliotecarios; Archiveros; Nuevas tecnologías.
Cuando me pidieron que colaborara en este número especial de Enredadera, dedicado a su vigésimo aniversario y a la evolución que ha tenido en este tiempo la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC, pensé que un buen punto de partida podía ser analizar mis colaboraciones en la revista a lo largo de estos años para, desde ellas, ver cuál ha sido tanto mi evolución profesional como la del resto de la Red. Pocos sectores profesionales han avanzado tanto en veinte años como el nuestro. Hemos tenido que demostrar tanto nuestra capacidad de adaptación a los distintos ámbitos a los que nos han llevado las nuevas tecnologías, como nuestra capacidad para saber dar respuesta a las nuevas necesidades y preguntas que han ido surgiendo por parte de los usuarios.
Mi primer artículo se tituló: Ante el vicio de pedir, la virtud de dar... siempre, en junio de 2001. Se trataba de un homenaje al préstamo interbibliotecario y al personal dedicado al mismo en todas las bibliotecas de la Red. Todavía no llevaba dos años trabajando aquí y no dejaba de sorprenderme la rapidez con la que las bibliotecas escaneaban los artículos, si tenían Ariel, o simplemente los fotocopiaban y los enviaban por correo, de una manera totalmente desinteresada, contribuyendo, entre todos, tanto a la máxima satisfacción de los usuarios como a labrar la buena imagen de esta Red de grandes profesionales.
La siguiente aportación se produjo en diciembre de 2005: Indice h, última novedad en índices bibliométricos. Fue una de mis primeras incursiones en los índices bibliométricos, puesto que era un tema que estaba comenzando a interesar mucho a los investigadores más inquietos de mi centro. Ya estaba comenzando a cambiar algo en nuestro perfil profesional y me considero afortunada por haber formado parte del grupo de profesionales que pronto nos dimos cuenta de que había que comenzar a virar hacia la parte más bibliométrica de nuestra profesión, puesto que esa tarea estaba empezando a pesar mucho entre nuestros investigadores y al fin y al cabo nosotros no dejamos de ser profesionales que estamos aquí para ayudarles en ese aspecto de la labor investigadora.
Un poco después me vi obligada a escribir un “grito a la desesperada” cuando redujeron el espacio de esta biblioteca a la mitad, ante la necesidad de construir un nuevo laboratorio en esos metros. Qué está pasando con el espacio en muchas de las bibliotecas del CSIC (Septiembre 2007).
Parafraseando aquel artículo:
[…] estamos dando el “espacio de la biblioteca a la biblioteca del espacio”, en la que ni veremos a nuestros usuarios, ni ellos nos verán. Pero lo más importante es que tendremos que continuar estando ahí.
Eran los años en los que la presencia de revistas electrónicas y libros electrónicos se estaba consolidando entre el personal investigador. Se estaban poniendo a disposición de los usuarios nuevas formas de acceso a la información (más cómodas y simples) y comenzando proporcionar los servicios bibliotecarios, no sólo de manera presencial, sino también a distancia; en ese sentido se puede destacar la puesta en marcha de la Biblioteca Virtual del CSIC, punto único de consulta de todos los recursos de información disponibles, y del Punto de Acceso a Proveedores de Información (PAPI), que permitía llegar a la información científica desde cualquier lugar del mundo con conexión a internet. El papel de los profesionales de la Red comenzaba a perder importancia como recuperador de artículos de forma rápida, dando paso al profesional que ayuda al investigador a moverse por las nuevas tecnologías y las nuevas formas de acceder a la información. Como dije en aquel artículo, lo más importante es que tuvimos que estar ahí.
Curiosamente en junio de 2009 escribía una reseña sobre una jornada a la que había acudido, titulada: El papel de la Biblioteca en la Evaluación de la Investigación. La evolución de nuestra profesión ha supuesto inevitablemente una redefinición de la misma y es indiscutible que la ayuda al investigador en la tarea de evaluar su producción científica es una de las vertientes más demandada y agradecida por parte de este colectivo y por la que algunos de nosotros, afortunadamente, hemos comenzado a andar. Y digo afortunadamente, porque si no lo hacemos las bibliotecas, otros lo harán por nosotros y es una oportunidad que no debemos dejar pasar.
Involucrada totalmente en tareas de evaluación, memorias de investigación, visibilidad en la página web del instituto de la producción científica del mismo y, junto a otros dos institutos valencianos, también en esta misma línea, dimos a conocer, en una colaboración entre las bibliotecarias de tres institutos del CSIC en Valencia, el sistema que utilizábamos para que no se nos escapara nada de la producción científica de los mismos, ya que los sistemas propuestos por el CSIC para toda la institución no eran lo suficientemente sensibles como para alcanzar los niveles de precisión adecuada. Sistema de alertas en las bibliotecas de los institutos IATA, IBV e IBMCP del CSIC para la obtención de artículos de reciente publicación (Enero 2010).
2º Reunión Comisión Directores. Almería, junio 2010
Poco después una de mis aportaciones fue la reseña de la III Reunión de la Comisión de Directores de Bibliotecas de la Red (Junio 2011). Comisión que a lo largo de sus años de existencia ha intentado recoger las voces de todas las bibliotecas que componen la Red, a través de los representantes de cada área. En el año 2009 se aprueba el Reglamento de la Red de Bibliotecas y Archivos de la Agencia Estatal CSIC en el que se define claramente la estructura y funcionamiento de la Red y que es un texto fundamental para su desarrollo posterior. En dicho Reglamento, se contemplaba la constitución como órgano consultivo de la Comisión de Directores de Bibliotecas, comisión de la que he formado parte, representando el área de biología y biomedicina, desde el día de su constitución, el 14 de febrero de 2010.
Las Cuartas Jornadas de Análisis de la Red de Bibliotecas del CSIC se celebraron durante los días 26 y 27 de abril de 2012, bajo el lema "Bibliotecas para la Ciencia en el siglo XXI: nuevos entornos y retos profesionales" con el objetivo de debatir sobre los temas que en aquel momento preocupaban a las bibliotecas y archivos del CSIC, con especial atención a la calidad de los servicios, a los usuarios y a las necesidades de adaptación del personal bibliotecario. Por lo que en junio de 2012, colaboré en Enredadera con una reseña titulada Sesión de pósteres. La organización de aquellas jornadas recayó sobre los miembros de la Comisión de Directores que quisimos aportar un póster en aquella sesión informando del papel, logros y evolución que había sufrido dicha comisión desde su constitución. Entre los objetivos alcanzados por la misma se encuentra la Carta de Servicios de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC y el desarrollo de la normativa complementaria del Reglamento (definición de usuarios, servicios, etc.).
Mirando los objetivos de estas Cuartas Jornadas, seguíamos y seguimos en nuestro afán de adaptarnos a los nuevos tiempos, nuevas tecnologías y nuevas necesidades de los usuarios para estar siempre a la última, prestando siempre servicios de calidad.
La biblioteca, centro de prestación de nuevos servicios de evaluación y difusión de la ciencia
Por último, en diciembre de 2015, en la sección En directo, de la revista, en aquel número, que fue un monográfico sobre la evaluación de la actividad científica mediante indicadores bibliométricos y el papel que algunas bibliotecas teníamos en esta actividad, ofreciendo nuevos servicios que permitían conocer la producción científica de los investigadores. Entre algunos de los bibliotecarios más implicados en estas actividades, un investigador del CSIC y personal de la URICI elaboramos esta sección con cinco artículos, entre los que se encontraba el mío: Mantenimiento de las herramientas de difusión de la producción científica de los Institutos/Centros del CSIC. ConCiencia, memoria anual, página web, etc. Con ellos dimos una visión sobre cómo es posible incorporar estas tareas al mundo bibliotecario y cómo ello refuerza nuestras expectativas profesionales creando un nexo con las necesidades de los usuarios de los centros de investigación.
Enredadera o, lo que es lo mismo, las aportaciones a través de ella del personal bibliotecario, archivero e investigador a lo largo de estos 20 años, son una clara imagen de la evolución de la Red y sus miembros, del gran esfuerzo realizado a los largo de estos años para adecuar nuestro trabajo y las nuevas tecnologías a las necesidades del personal investigador. Así como, dando siempre respuesta a las demandas que han ido surgiendo en el CSIC a nivel de política científica para adaptarse a los nuevos tiempos.
Enredadera es, pues, la “viva” imagen, siempre en evolución, de esta Red.