Marta Ezpeleta García. Mª Ángeles Rubio Andrés. Institución Milà i Fontanals (IMF) (Barcelona) |
Con la perspectiva de los años, podemos apreciar el gran camino recorrido en la creación de la biblioteca digital del CSIC que ha ido creciendo a lo largo de casi una década, partiendo de iniciativas individuales hasta dar paso a importantes proyectos colectivos, como respuesta a una estrategia conjunta de bibliotecas y archivos de la Red, para la preservación y difusión de las colecciones patrimoniales.
El Plan de digitalización del CSIC, puesto en marcha en 2009 para gestionar el enorme patrimonio documental custodiado en las bibliotecas y archivos, impulsó numerosos proyectos de digitalización que han ido enriqueciendo la colección, incorporando una gran variedad de documentos, manuscritos, impresos, material gráfico y fotográfico o archivos personales, que reflejan la riqueza y diversidad del patrimonio que albergan las bibliotecas y archivos del CSIC.
La biblioteca de la IMF conserva una colección de fondo antiguo compuesta por cerca de 780 obras de entre los siglos XVI al XIX, de temática diversa, pero con una destacable sección de contenido histórico. Aunque de pequeñas dimensiones, la colección contiene obras de gran interés para investigadores y especialistas en historia medieval, así como interesantes obras concernientes a la historia local, por lo que decidimos plantearnos su digitalización, dado el apoyo y financiación que desde la Unidad de Recursos de Información Científca para la Investigación (URICI) se estaba dando a estas iniciativas.
Constituía una gran ocasión para difundir y facilitar la consulta de estas obras desconocidas para muchos, además de contribuir a la colección aportando obras con temáticas de menor presencia en la colección digital y garantizar la salvaguarda de esta herencia cultural.
Hasta la fecha hemos presentado 2 proyectos de digitalización, el primero en 2011, en una convocatoria en la que fueron aprobados un total de 8, y un segundo en el año 2015.
Para abordar nuestro primer proyecto, el Manual de procedimiento para la digitalización de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC fue fundamental para familiarizarnos con algunas cuestiones técnicas y las fases del proceso, así como establecer una metodología de trabajo. Por otra parte, siempre contamos con el asesoramiento y acompañamiento de la responsable de digitalización de la URICI, Carolina Santamarina, que fue decisivo para poder llevarlo a buen puerto.
La implicación de la biblioteca en ambos proyectos, gira en una primera fase en torno a la preparación y selección de las obras, centrándonos en los siguientes aspectos:
Selección de las obras de acuerdo a diferentes criterios tales como: colecciones que tuvieran una unidad temática, o que fueran de interés para la comunidad científica del centro y desde luego que fueran representativas del patrimonio bibliográfico y documental custodiado por la IMF. De la colección de fondo antiguo extraído del catálogo se hizo una preselección de obras sobre historia medieval peninsular, historia eclesiástica, tratados de derecho, e historia local. En esta fase del proceso, seleccionamos los ejemplares mejor conservados y que se ajustaran más a nuestros objetivos.
Dado el elevado coste de estos proyectos, se hizo una revisión en otros repositorios con objeto de descartar aquellas obras que se encontraron digitalizadas y así evitar duplicidades. Las obras seleccionadas se enviaron a la URICI para que desde allí se procesaran los registros.
Para el segundo proyecto, en el año 2015, contábamos con la plataforma Goobi, un software con interfaz web adquirido por la URICI para la gestión de los proyectos de digitalización y de control de todas sus fases (escaneo, revisión, estructuración de la obra) por lo que los registros fueron cargados directamente a Goobi desde la biblioteca.
Una segunda fase implicaría la Revisión de catalogaciones: con la selección definitiva de las obras se revisaron los registros bibliográficos, comprobando que fueran lo más completos posible y libres de cualquier error, para así facilitar la identificación de las obras y la extracción de los metadatos descriptivos que acompañan las imágenes.
Control de calidad: paralelamente a la digitalización se procedía meticulosamente a la revisión de las imágenes para detectar posibles saltos de página, páginas torcidas o mal recortadas y cualquier otro error técnico que pudiéramos detectar. También se revisó exhaustivamente que la visualización de notas y lectura de textos fuera correcta. Esta revisión se realizaba con celeridad por si hubiera que repetir alguna imagen y supuso un esfuerzo de coordinación y gestión entre el equipo de digitalización y el personal de biblioteca encargado de la revisión de las imágenes, buscando en todo momento la máxima calidad en el proceso.
En conjunto se han digitalizado un total de 237 volúmenes y 110.179 imágenes, que forman parte de una selección de crónicas medievales, obras relativas a la Iglesia, órdenes militares peninsulares, tratados de derecho y obras relativas a la historia de Cataluña y Barcelona. Entre las que destacamos el Opus de rebus Hispaniae de Marineo Sículo en una edición de 1533, Las diffinitiones y actos capitulares de la orden de Alcántara de 1553, La historia general del reyno balearico (1633) y el Tomo II de la Historia del Reyno de Mallorca de Vicente Mut, (1650) o Ordenanzas de las armadas navales de la Corona de Aragón editadas por Antonio de Capmany en 1787.
Con la última fase de creación del mapa estructural se completaría el proyecto, si bien hasta la fecha está pendiente de realización. Por el momento las obras digitalizadas están estructuradas a nivel de página, y quedará en manos de la biblioteca la indización y organización del contenido, señalando las partes y capítulos de lo que consta la obra, o destacando láminas o ilustraciones que creamos de interés. Es una posibilidad muy interesante y gratificante por lo que implica de conocimiento y minucioso examen de la obra y por la aportación de contenidos que enriquecerán notablemente las búsquedas de los usuarios.
La digitalización propiamente dicha la realizó en los dos casos una empresa externa. La empresa adjudicataria desplazó una unidad técnica y equipo de trabajo al centro, evitando el traslado de fondos y minimizando costes y riesgos.
La biblioteca dispone de una sala adjunta donde instalar el escáner y poder trabajar con luz controlada y acceso a Internet, hecho que facilitó el trabajo a ambas partes ya que permitió una comunicación fluida para la realización de pruebas de color y luminosidad, y la rápida resolución de incidencias.
Se digitalizó en color con escáneres del tipo Bookeye 3 de R2 y CopiBook de i2S a una resolución entre 300 y 400 dpi. La empresa de digitalización debía entregarnos las copias máster de conservación en formato tiff, además de encargarse de la generación de los metadatos y de los archivos derivados para la difusión (jpgs y pdfs). Para el segundo proyecto realizado en 2015, la Unidad disponía de las herramientas necesarias para el tratamiento de imágenes y generación de metadatos, por lo que a la empresa solo se le encargaron las copias máster en formato tiff con las imágenes recortadas.
Desde un principio se enlazaron los registros bibliográficos de Aleph con los documentos digitalizados, y fue en 2014 al poner en funcionamiento el visualizador de Goobi a través de la web de Simurg, cuando la colección digital alcanzó mayor visibilidad disponiendo de un portal y acceso único a las obras digitalizadas. Desde la web se accede a las diferentes colecciones de las bibliotecas y archivos, pudiendo hacer búsquedas en los metadatos y contenidos, zoom en las imágenes y descargar pdf‘s.
Una vez más la tecnología se pone al servicio de las bibliotecas para la consecución de nuestro mayor objetivo y misión que, en esencia, no es otra sino la de gestionar la información, hacerla accesible y difundirla. Ocurrió con la informatización de los catálogos para dar acceso público a nuestros fondos, se implementaron nuevos sistemas de gestión de bibliotecas facilitando el acceso al documento y potenciando el préstamo Interbibliotecario.
Sucedió con los repositorios institucionales donde las bibliotecas adquirimos un papel decisivo en la recolección, archivo y difusión de la producción científica, y desde hace unos años, como responsables de la preservación de documentación única, poniendo en marcha proyectos de digitalización para facilitar el acceso al enorme patrimonio bibliográfico y documental depositados en bibliotecas y archivos del CSIC.
Más allá de las cuestiones tecnológicas, de conservación y preservación, la digitalización es una oportunidad para las bibliotecas históricas patrimoniales, no solo para difundir y poner en valor unas colecciones únicas, en muchas ocasiones desconocidas e inaccesibles, y de aumentar su presencia en Internet, sino también para erigirse como herramientas fundamentales para la difusión de la cultura y la investigación, facilitando el acceso desde cualquier punto del planeta.