Enredadera: un poco de historia

Enredadera, nº 29, junio 2017

Mercedes Baquero Arribas
mbaquero@bib.csic.es
Unidad de Recursos de Información Científica para la Investigación (URICI-CSIC)
Madrid

Versión en pdf

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Resumen: Enredadera, revista de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC cumple 20 años en 2017. Este artículo informa de los orígenes de la revista, los objetivos con los que se fundó y la inicial metodología de trabajo.

Palabras clave: Enredadera ; Bibliotecas científicas ; Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC ; Revistas electrónicas

 

La idea de editar una revista electrónica de las bibliotecas del CSIC empezó a tomar cuerpo a mediados del año 1997.

Las bibliotecas especializadas no tenían una publicación propia en ese momento en España. Sí había boletines de otros tipos de bibliotecas: de las universitarias, de bibliotecas públicas, de asociaciones profesionales, de escuelas o facultades de biblioteconomía, newsletters de editores, etc. La mayoría de estas publicaciones periódicas estaban en formato impreso, y su versión pdf era la que se subía a internet.

Enredadera no se planteó nunca ser una publicación impresa. Nació como boletín electrónico, sumándose a la oleada de las revistas electrónicas que desde un par de años atrás se estaban haciendo hueco en las bibliotecas del CSIC, para cambiarlo todo.

Los pasos iniciales los dio en la URICI (entonces Unidad de Coordinación de Bibliotecas, C.BIC), pero se pensó como un foro de comunicación e intercambio de y para las bibliotecas de la Red. Y para crear conciencia de pertenecer a una misma y especial comunidad con unas características diferentes de las bibliotecas no científicas.

En 1997 todavía existía una estructura descentralizada de la Red, con varios nodos, cada uno de ellos bajo la cobertura de un coordinador de zona. El comité de redacción de la revista establecido para empezar a andar reprodujo esa estructura. Formaron ese comité los coordinadores y una o dos bibliotecas por zona, hasta llegar a un equipo de 12 miembros. Había, hace 20 años, muchísimas más bibliotecas físicas en el CSIC y una plantilla de más de 200 bibliotecarios (casi el doble que ahora).

En este equipo de redacción se eligió el nombre que tendría la revista: Enredadera, por su significativa relación con el árbol de la ciencia símbolo del CSIC y por contener la palabra “red” en su interior. También se fijó una –demasiado optimista- periodicidad de 3 números al año. Se buscó un diseño atractivo y una cabecera que identificara de un modo singular a la revista. Cabecera que en esencia, y modernizada, sigue presente hoy en día. También se organizó una forma de trabajo en la que el primer paso era siempre pedir colaboración, ideas y textos a los miembros de la Red. Y, según los temas tratados, también se buscaba la opinión de los usuarios o la colaboración de bibliotecas de otras instituciones que por algún motivo o actuación estuvieran en relación con las del CSIC.

Enredadera nació con ambición de ser más que un listado de convocatorias y celebraciones, como muestran los varios apartados propuestos y consolidados desde el número 0 (febrero 1998), lo que indicaba que había muchas cosas que contar. Las secciones de entonces querían ser, en primer lugar (1) escaparate de la variedad: “Las bibliotecas cuentan”; (2) voluntad de hacer comunidad: “La Red”; (3) difusión de experiencias: “Noticias”; (4) trucos y descubrimientos en el quehacer profesional: “Pequeñas soluciones para grandes problemas”; (5) y espacio para el enriquecimiento profesional a través de: “Lecturas comentadas”.

Se hizo una presentación “oficial” de la publicación, a finales de 1997, en el salón de actos de la calle Jorge Manrique, antigua sede de la URICI, en Madrid, con asistencia de una representación muy notable de los directores de bibliotecas del CSIC. No hay testimonio gráfico, una lástima. Eran otros tiempos. Se expusieron en esa presentación los objetivos perseguidos al crear una revista para la Red de Bibliotecas del CSIC, y se hizo un llamamiento para que todos nos implicáramos.

A partir del segundo número editado (junio 1998), la publicación, aparte de las otras secciones, dedicaba la de “Las bibliotecas cuentan” (que desde 2002 cambió su nombre a “En directo”) a un tema monográfico, que era desarrollado por 3 o 4 bibliotecas, según su enfoque y personal experiencia. Hacer seguimiento de los temas monográficos que se han tratado en Enredadera hasta hoy en día es un espejo perfecto de las preocupaciones, hitos y avances que hemos experimentado como servicio de información científica para la investigación.

La revista es mayor de edad hace mucho tiempo. Su calidad tanto formal como profesional es innegable. Me felicito enormemente por su trayectoria. El mundo ha cambiado, hay Twitter, Facebook, Pinterest, que son los canales inmediatos. Enredadera es el artículo trabajado y la reflexión basada en la experiencia.

Ha habido, y espero que siga habiendo, muchísimos desempeños satisfactorios en mi vida profesional. Pero, entre los más gratos está, sin lugar a dudas, haber sido parte de la creación de Enredadera y responsable de su edición durante sus primeros 10 años de vida.

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