El futuro de los repositorios institucionales: algunos apuntes

Isabel Bernal. Digital.CSIC (Madrid)

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Mucho ha llovido desde que se celebró la primera reunión de Archivos Abiertos en Santa Fe que dio paso al protocolo de interoperabilidad OAI-PMH usado por la comunidad internacional de repositorios y revistas de acceso abierto para exponer e intercambiar información científica en la web. A lo largo de los últimos 20 años hemos asistido a muchas novedades y transformaciones que tuvieron su punto de partida en 1999 como, por ejemplo, la consolidación de algunos repositorios temáticos como herramientas imprescindibles en ciertas disciplinas (desde el archiconocido arXiv hasta otros como RePec, ADS, y Archaeology Data Service) y la popularización de repositorios institucionales en todo el mundo (más de 2.600 según datos de OpenDOAR) con un progresivo enriquecimiento de servicios para una comunidad de usuarios cada vez más variopinta (investigadores, gestores institucionales, agencias financiadoras y otros organismos públicos, agencias evaluadoras de investigación, público interesado en los resultados científicos, agregadores de información científica y editores, fundaciones y sociedades académicas, desarrolladores de software, etc.).

Al mismo tiempo, hemos asistido a la aparición de plataformas competidoras de los repositorios de acceso abierto, con modelos de negocio, términos de uso y políticas de gestión de copyright poco transparentes pero con una considerable popularidad entre los investigadores gracias a interfaces amigables y servicios innovadores (léase Research Gate, Academia.edu y otras infraestructuras afines). Además, sobre todo en los últimos 5 años, el número de repositorios de datos abiertos se ha multiplicado, tanto los de carácter institucional como las iniciativas comerciales (léase Dryad o Figshare, por ejemplo) y la comunidad de editores de suscripción, tan reacia en sus inicios al movimiento de acceso abierto (aunque la web de la coalición editorial PRISM ha cambiado radicalmente sus contenidos, aún siguen accesibles muchos recursos sobre esta campaña de hace 10 años), se ha subido al carro del acceso abierto con una batería de nuevos productos que alejan al movimiento de sus planteamientos originales y buscan competir con servicios esenciales de los repositorios (por ejemplo, la iniciativa editorial CHORUS en los Estados Unidos o el software de Elsevier PURE). Han surgido también nuevos actores, como los llamados “overlay journals” que experimentan con nuevos modelos de comunicación científica aunando lo mejor de las 2 vías oficiales del acceso abierto (la nueva revista de acceso abierto de Matemáticas Discrete Analysis se construye a partir de artículos preprints alojados en el repositorio arXiv).

Por otra parte, asistimos a una aceleración en la adhesión de agencias públicas y privadas de financiación científica a los presupuestos del acceso abierto, y la publicación de pautas para que los proyectos beneficiarios difundan públicamente sus resultados de investigación. Los repositorios institucionales se han convertido no solo en una de las 2 rutas posibles para cumplir con estos mandatos sino que frecuentemente actúan como herramientas de monitorización del grado de cumplimiento (por ejemplo, varios servicios de DIGITAL.CSIC facilitan a los investigadores institucionales el cumplimiento de los mandatos del Plan Estatal, de la Comunidad de Madrid y de la Comisión Europea, con unos resultados iniciales positivos para el repositorio institucional: ver detalles en Measuring compliance with a Spanish Government open access mandate y Success Story: Disseminating research via OpenAIRE).

En paralelo, nuevas iniciativas internacionales abogan por la armonización de los mandatos de acceso abierto como estrategia para facilitar su cumplimiento y maximizar su impacto. En este sentido, destaca el proyecto europeo PASTEUR4OA y acabamos de ver un verdadero espaldarazo político al acceso abierto, con un acuerdo en la Cumbre de Competitividad del Consejo Europeo para lograr en 2020 la completa sustitución del actual modelo de suscripción a las revistas científicas por un sistema de acceso abierto (para este logro, destaca la determinación de Holanda durante toda su presidencia del Consejo Europeo en el primer semestre de 2016, que ha desembocado en un compromiso histórico adoptado el 27 de mayo pasado por los ministros de Ciencia e Investigación). No obstante, queda concretar cómo alcanzar este objetivo tan ambicioso y ver el papel que jugarán los repositorios de las universidades y centros de investigación europeos.

Ante este panorama, ¿cuáles son hoy las principales líneas de actuación de los repositorios institucionales y hacia dónde se dirigen? Una vez superados los tiempos en que se pensaba que mantener un repositorio implicaba simplemente instalar un software a tal efecto y confiar en la productividad del autoarchivo de los investigadores, se abren perspectivas inesperadas y enfoques interesantes sobre la dinámica y la agenda de servicios de estas plataformas. Además, la relativa complejidad de la gestión de derechos de autor en el ámbito científico ha dejado claro que alcanzar un 100% de contenidos en acceso abierto en los repositorios es hoy por hoy una quimera considerando el actual sistema de transferencia de derechos de explotación a los editores. Y, sin embargo, los repositorios son herramientas importantes no solo en el futuro de los servicios bibliotecarios sino también en el nuevo sistema global de gestión y comunicación científica que se está gestando.

Dentro de los principales servicios de los repositorios institucionales, hasta hace relativamente poco, la comunidad internacional solía centrarse, a grandes rasgos, en dos grandes bloques: el desarrollo de colecciones y la difusión de contenidos. Pero ahora, más allá del Servicio de Archivo Delegado por el que se alimentan mayoritariamente los repositorios, bien a través de estrategias manuales bien por flujos más o menos automatizados de importación de datos (en el caso de DIGITAL.CSIC, a través de la Pasarela) nos encontramos que servicios tradicionales de los gestores profesionales de la información científica ocupan un puesto cada vez más relevante en las agendas de los repositorios (por ejemplo, la catalogación y la descripción de trabajos según estándares internacionales y la monitorización del uso de los contenidos y análisis estadístico). Tales tareas conviven con otras de nuevo cuño y en fase de experimentación como el servicio emergente del “repository as a publisher” que puede tener 2 acepciones: por un lado, el repositorio como laboratorio editorial, tal y como hace con éxito el repositorio DigitalCommons de la Universidad de Nebraska-Lincoln y por otro lado, el repositorio como plataforma para testar nuevos modelos para validar y evaluar los resultados científicos, como hace desde el pasado mes de abril DIGITAL.CSIC a través de su participación en el proyecto europeo OPRM: Open Peer Review Module for Repositories).

Índice de agencias financiadoras, https://digital.csic.es/browse?type=agenciaFinanciadora />    Perfil del investigador del CENIM Emilio Cano, https://digital.csic.es/cris/rp/rp01901

Índice de agencias financiadoras                                              Perfil del Investigador del CENNIN Emilio Cano

Entre estos servicios emergentes, en DIGITAL.CSIC, además, estamos multiplicando esfuerzos para asegurar la calidad de los metadatos, mediante tareas de control y enriquecimiento que ya forman parte de nuestra agenda diaria de trabajo y colaboramos con la Confederación Internacional de Repositorios de Acceso Abierto (COAR) en la creación e integración de vocabularios controlados en los repositorios. Por otra parte, además de estar desarrollando un catálogo interno de autoridad de autores CSIC (en la fase actual, marcándolos en el índice y en la siguiente fase sucesiva, integrándolos con el identificador ORCID correspondiente) nos hemos embarcado, desde hace ya un par de años, en la tarea de codificar sistemáticamente las fuentes de financiación de la investigación del CSIC, creando un índice de agencias financiadoras que se apoya en estándares emergentes (VIAF, FUNDREF, RIOXX, etc.) y que viene enriquecido con entradas propias. Otro proyecto en curso es la apertura de perfiles de investigador, con enlaces a su producción científica y otros servicios de valor añadido como estadísticas de uso agregadas y mapas de colaboraciones.

Con vistas al futuro inmediato, entre los retos más apremiantes en la gestión de repositorios, además de todas las cuestiones asociadas a gestiones de permisos de copyright, contratos editoriales y licencias de uso y a las que siguen surgiendo en relación con el correcto entendimiento y aplicación de los mandatos de acceso abierto, podemos identificar otros sobre los que la comunidad internacional está intentando dar respuestas concretas. La preservación a largo plazo requiere no sólo una política institucional articulada en torno a estándares como el modelo OAIS sino también una agenda de actividades que incluya, más allá de back ups regulares, auditorías para identificar ficheros corrompidos así como el análisis de formatos y soluciones tecnológicas apropiadas para una migración potencial. Un buen punto de partida para realizar una autoevaluación y conocer mejor las cuestiones que garantizan servicios de accesibilidad y preservación a largo plazo son los certificados de calidad ad hoc. Entre ellos se encuentra el Data Seal of Approval (DSA) conferido por una comunidad internacional de instituciones. DIGITAL.CSIC recibió este sello de calidad en diciembre de 2015 y, como todos los demás repositorios galardonados, volverá a pasar por una nueva auditoría el año próximo. Además, existe una multitud de recursos relativos de interés para la comunidad de repositorios, como los del proyecto europeo PARSE Insight y del proyecto estadounidense POWRR o las líneas de trabajo de redes internacionales con servicios integrados como Digital Preservation Coalition y The Digital Preservation Network.

Por último, alojar y garantizar la gestión de una tipología de recurso de investigación en claro auge, como son los datos de investigación, abre la puerta a nuevos servicios en los repositorios institucionales que no solo apuntan a la promoción de buenas prácticas para citar, describir y organizar los datos sino a la asignación de identificadores permanentes como el DOI (un servicio disponible en DIGITAL.CSIC desde el pasado mes de abril) y servicios de apoyo a los investigadores (ver servicios relativos para la comunidad CSIC). Y en estrecha relación con la gestión de datos en acceso abierto han surgido proyectos internacionales que promueven sinergias con e-infraestructuras especializadas en la gestión compartida de grandes volúmenes de datos, como por ejemplo, propone EUDAT.

A continuación siguen varios artículos de la comunidad científica y técnica del CSIC que dan una visión sobre prácticas actuales a favor del acceso abierto a nivel institucional. Flora Granizo de la biblioteca del CFMAC nos acerca a la estrategia que ha puesto en marcha para apoyar a sus investigadores a cumplir con los mandatos de acceso abierto y el científico Hernán Míguez del ICMS comparte sus experiencias a la hora de seguir los requisitos de acceso abierto del Plan Estatal en vigor.

Mercedes Baquero de la URICI nos da una panorámica de las distintas iniciativas institucionales para apoyar la publicación en acceso abierto. Eloy Rodrigues, director de la biblioteca de la Universidad de Minho y presidente de la Confederación Internacional de Repositorios de Acceso Abierto (COAR), cierra este especial sobre el acceso abierto explicando las líneas estratégicas de la organización para los próximos años y adelantando las primeras actividades del grupo de trabajo “La nueva generación de repositorios”.

Esperamos que os resulte una lectura amena y que este monográfico contribuya a aumentar el interés sobre el poderoso impacto del acceso abierto en el sistema global de comunicación científica. Aprovechamos también la ocasión para animaros a ojear más experiencias CSIC con el acceso abierto en la revista CSIC Abierto y otras campañas.

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