Flora Granizo. Biblioteca del Centro de Física Miguel A. Catalán (Madrid) |
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La Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística (FESABID), ha elaborado un estudio sobre perfiles profesionales denominado: “Prospectiva de una profesión en constante evolución”. Existe un escenario cambiante y exigente en el desarrollo profesional debido a los avances tecnológicos, los cambios en los modelos organizativos, la evolución en las competencias, la convivencia de entornos presenciales y digitales en la prestación de servicios, etc. Con este estudio se pretende dar una visión en profundidad sobre los profesionales de la información y la documentación en la actualidad y hacer previsiones de futuro.
La metodología utilizada en el estudio se fundamenta en la amplia participación del colectivo profesional e implicación de expertos destacados en el ámbito de la información y la documentación. El diseño metodológico científico de la investigación social busca la obtención de datos cualitativos y cuantitativos para disponer de una herramienta competente de diagnosis y prospectiva para la toma de decisiones.
El trabajo de investigación se desarrolló en 3 etapas que comprenden en primer lugar, un estudio de opinión mediante un cuestionario abierto a los profesionales de la información y la documentación . En segundo lugar, un estudio de opinión mediante entrevistas a 24 expertos y especialistas de los distintos ámbitos de la información y la documentación para que aportaran sus observaciones, recomendaciones y pronósticos en torno a la síntesis de los temas debatidos en el primer estudio de opinión abierto. Y por último, el análisis de datos estadísticos.
Los resultados obtenidos en este trabajo de investigación son muchos y muy variados , se constatan tendencias sobre impresiones generales de las que no se tenía certeza. Debido a la elevada participación, los resultados obtenidos reflejan de forma muy fiable la opinión del colectivo y dan una buena instantánea de la realidad que vive la profesión y sus profesionales. Se constata que el sector de Archivos, Bibliotecas y de Patrimonio tiene un escaso peso relativo en la aportación al PIB (0’17%) ; el personal es asalariado en su mayoría, con contrato indefinido y a tiempo completo. Predomina el género femenino salvo en puestos directivos donde la tendencia se iguala; hay una media de edad de 41’4 años y nivel de estudios superiores del 66’6%. Hasta el 2008 hubo aumento de personal en la profesión, parándose la tendencia desde entonces. El gasto por empleado bibliotecario de media es de 28.589 €. En este sentido, se observan diferencias del gasto en función del territorio y la tipología bibliotecaria. Por categoría profesional, casi un 59 % son técnicos; un 24% son directivos y una 17% son auxiliares o puestos de apoyo. Existe una concentración territorial del empleo destacando Madrid y Cataluña y un asociacionismo del 58’3%.
El presente del profesional de la información y la documentación tiene un perfil marcado por la influencia de las tecnologías en el desempeño de su actividad profesional; tiene necesidad de formación permanente y un escaso reconocimiento social, a pesar del cual no se quiere cambiar de profesión. El futuro se intuye como una profesión altamente especializada donde se ofrecerán los recursos en línea a los usuarios, conviviendo éstos con el material impreso; será importante el papel de los formadores en información y los catálogos y demás servicios en línea dispondrán de elementos participativos. Los expertos ven amenazado el panorama del sector debido a la crisis por la reducción del sector público y de los servicios de información. Alertan además de la invisibilidad del sector al no tener rentabilidad a corto plazo; de la falta de proactividad y dificultad para innovar; de la tendencia a la endogamia dificultando la cooperación; del inmovilismo frente a las demandas sociales; de tener un modelo funcionarial con excesiva dependencia; del insuficiente análisis de la demanda social; del espejismo y reduccionismo tecnológico; de la sobrevaloración de las competencias informáticas frente a las informacionales; de la desintermediación de profesionales e instituciones cuando se piensa que los recursos de Internet son suficientes; y del poco acierto en la formación universitaria pues la oferta formativa no se adapta a la demanda del mercado laboral.
Por el contrario los expertos destacan oportunidades en el sector con el acceso universal a la información y el uso de las tecnologías aumentando así las necesidades y exigencias informativas y formativas de todos los colectivos sociales; las posibilidades que la tecnología ofrece para el trabajo colaborativo y en red; la oportunidad de rediseñar servicios adaptados y personalizados con dispositivos de acceso más sencillos y asequibles. Destacan el rol social que el sector tiene hacia colectivos específicos, reduciendo exclusiones con servicios de proximidad; defienden frente a la sobrecarga de información, la revalorización de los servicios profesionales de filtrado, selección y orientación, y destacan la función preservadora y difusora de los contenidos de las colecciones.
Recomiendan los expertos acciones comunicativas que mejoren la visibilidad de la profesión mostrando las evidencias de su utilidad junto a una mayor cooperación, flexibilidad y transversalidad con otras actividades y profesiones. Por todo ello los profesionales de la información tendrán un carácter híbrido y polivalente que necesitarán formación continuada y serán a su vez, formadores en información.