84, Charing Cross Road. Helene Hanff

Enredadera, nº 29, junio 2017

Carmela Pérez-Montes
carmen.perezmontes@cchs.csic.es
Biblioteca Tomás Navarro Tomás. Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS-CSIC)
Madrid

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Portada. 84, Charing Cross Road. Helene Hanff

Portada. 84, Charing Cross Road. Helene Hanff

 

Hace catorce años Luis, uno de los libreros de la biblioteca General de Humanidades del CSIC, en donde entonces trabajaba, me regaló por Navidad un pequeño librito de apenas 120 páginas. Se trataba de 84, Charing Cross Road, una correspondencia iniciada en el período posterior a la II Guerra Mundial y mantenida a lo largo de 20 años (1949-69) entre Helene Hanff, escritora de poco éxito y su librero, Frank Doel. En ese momento no pude imaginar cómo aquellos personajes y aquellas cartas quedarían prendidos en la bastilla de mis lecturas. Tampoco pude reconocer entonces el valor que Luis, mi librero, le daba a ese regalo. Hoy al evocar aquel recuerdo, aflora en mí una sonrisa de gratitud.

Desde entonces lo he leído, regalado y recomendado en muchas ocasiones y con cualquier excusa. Y es que hay libros por los que el tiempo pasa para mejorarlos. Los llena de olores y sabores conocidos y al volver a ellos uno siente que vuelve a casa. Descubre matices y anécdotas que le pasaron desapercibidas en la primera lectura y se deleita con su descubrimiento.

Helene es una americana extrovertida y singular.

“Los libros llegaron bien, y el de Stevenson es tan bello que hasta abochorna un poco a mis estanterías hechas de cajas de naranjas...” (HH, p. 11)

Frank es un inglés reservado y cortés.

“.. la verdad es que soy tan estirado como puedo haberle dado a entender...” (FD, p. 64)

El libro nos descubre la amistad fortuita nacida del encuentro entre la excéntrica escritora y el librero profesional y fortalecida por el amor que ambos sienten por los libros. Además nos permite conocer la cotidiana realidad del trocito de América e Inglaterra, en los que viven sus protagonistas. El lector imagina el mundo próspero de Helene, con el confort propio de la paz. Y percibe el de Frank con la penuria y escasez propia del período de postguerra.

La acción se mueve entre el diminuto y desordenado apartamento de un viejo edificio de ladrillos rojos situado en Manhattan, en donde Helene escribe y, la pequeña, laboriosa, ordenada y eficaz librería londinense de Marks & Co. de la calle 84 de Charing Cross, en donde Frank se dedica metódicamente a la compraventa de libros de segunda mano.

“Me alegra comunicarle asimismo que he podido encontrar unos cuantos libros para usted de una biblioteca privada que acabamos de adquirir...” (FD, p. 51)

Pero este libro es algo más o mucho más que un libro sobre libros y literatura. Es, además y sobre todo, un canto a la amistad y a la generosidad salpicado de sentido de humor y lleno de chispa y candidez.

“Vamos, Frank Doel...! ¿Se puede saber qué HACE USTED ahí? No veo que haga NADA, salvo pasarse todo el día SENTADO.

¿Dónde está el Leigh Hunt? ¿Dónde la ...” “¡No me envía usted NADA!” (HH, p. 21) 

La correspondencia entre Helene y Frank cruzará el atlántico periódicamente y permitirá, que los lectores de hoy contemplemos, descubramos e intuyamos tímidamente sus vidas.

Imaginamos a Helene, ajena a esa mirada que la observa desde las líneas de una carta, trabajando absorbida en la consulta de varios libros. El vaso de whisky en medio de un montón de hojas desordenadas sobre la mesa. El cenicero rebosante de colillas junto al cigarrillo humeante. A Frank y al equipo de Marks & Co. por su parte, trabajando con afán en la pequeña librería.

“Somos seis personas en la tienda sin contar a los señores Marks y Cohen...” (FD, p. 35)

“¡Es una tiendecita antigua, que parece salida directamente de las páginas de una novela de Dickens! ¡Te chiflara cuando la veas! ... Dentro está oscuro, hueles los libros antes de poder verlos,... paredes revestidas de madera y suelo entarimado... Hay metros y metros de estantes inacabables... Permanecí dentro como media hora, esperando que aparecieran por allí tu Frank...” (De una amiga de HH, p. 47)

Veinte años de una correspondencia condensada en un ramillete de cartas que nos hablan de libros, de amistad. Veinte años tejiendo Enredadera. Una coincidencia que ahora se me antoja paralela.

¡Feliz aniversario a toda la RED!

Os invito a adentraros en la lectura de estas páginas, que hace catorce años me conmovieron, y a deleitaros con la frescura de su texto. Espero que las disfrutéis tanto como yo.

NOTA:

84, Charing Cross Road tuvo gran éxito desde su publicación en 1969. La primera sorprendida fue la propia Helene.

“He pasado veinte años escribiendo piezas teatrales que nadie ha querido producir nunca, y he aquí que, en el momento en que estoy a punto de retirarme, alguien crea de pronto un espectáculo a partir de una correspondencia que inicié hace ahora más de treinta años” (HH, p. 125)

La obra fue llevada al cine en 1987, protagonizada por Anthony Hopkins en el papel de Frank Doel y Anne Bancroft como Helene Hanff, y al teatro por Isabel Coixet hace algunos años.

Ficha. 84, Charing Cross Road. Helene Hanff

Ficha. 84, Charing Cross Road. Helene Hanff

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