Enredadera, nº 33, julio 2019
Alejandro Santos |   |
Resumen: La ciencia abierta nos atañe a todos, desde las grandes instituciones europeas a las bibliotecas más modestas. Siguiendo la hoja de ruta de LIBER veamos algunas acciones concretas para emprender en el presente y en el futuro, hacia un modelo más justo para la ciencia y los ciudadanos a que va destinada.
Palabras claves: ciencia abierta; acceso abierto; LIBER; FAIR; ciencia ciudadana.
Si el acceso a las ecuaciones de Maxwell o a
los Principia de Newton hubiera sido
privativo o propietario a principios del siglo
XX, Einstein se habría jubilado en la Oficina
de Patentes de Berna sin haber podido
atisbar si quiera los rudimentos de la
relatividad especial. (Eduard Aibar, 2014)1
Cuando Pablo de Castro hizo un tour por algunos centros del CSIC en 2008 para hablar del fenómeno del open access, de la iniciativa de Budapest de 2001, de la Declaración de Berlín de 2006, de los repositorios y de nuestro repositorio (que parecía entonces más suyo que nuestro), el acceso abierto era solo un rumor del mar que te llegaba apagado por la ventana cerrada y la ciencia abierta era incluso algo menos. Ahora el acceso abierto está en nuestro día a día, el de los bibliotecarios, y la ciencia abierta es ya, más que un fenómeno, un empeño irreductible, un nuevo paradigma que influirá en todo el proceso de generación, difusión y repercusión de la información científica. El leve rumor por la ventana se ha convertido en un tsunami y nosotros, los bibliotecarios de las bibliotecas de la Red de bibliotecas del CSIC, algunas unipersonales, nos sentimos un poco remando con las manos en una pequeña barca en medio de ese caudal incontenible. Pero la realidad está allí, ya rompió el cristal de la ventana (bueno, el vidrio, en mi centro dirían que el cristal es otra cosa) y no se puede soslayar.
En estos días de fervor político, en que los debates son un tiroteo, al final todos recuerdan que llevan la promoción del I+D+I en el programa… La ciencia, la investigación, ese concepto cercano pero difuso… La ciencia abierta es una demanda de los científicos, pero también de los financiadores de la ciencia y de los ciudadanos a los que va dirigida, en última instancia. ¿Dónde está mi dinero? Mick Watson reflexiona: Open science is the practice of making everything in the discovery process fully and openly available, creating transparency and driving further discovery by allowing others to build on existing work. When I read such definitions, I think “but isn’t that just science?”.2
Tormenta, corriente, movimiento. Las bibliotecas ya no somos tanto un almacén de información como un canal de flujo. No tanto una silla para leer como un atleta que no salta como un resorte tras el pistoletazo de salida ni rompe la cinta de llegada en la foto-finish pero sí pasa el testigo entre unos y otros. Somos más proveedores de servicios que depositarios de las colecciones (Ovenden, 2018)3. La ciencia, la ciencia abierta, la URICI, las bibliotecas de la Red, mi biblioteca… ¿Qué hay dentro de la última matrioshka?
Pues en medio del océano, por grande que sea, la barquita puede avanzar con una brújula. ¿Una hoja de ruta? Como dice Isabel Bernal, no hay que buscar sino en la de LIBER, la Ligue des Bibliothèques Européennes de Recherche, más de 400 bibliotecas de 40 países. La apertura también es de las fronteras. Quizá para adivinar el camino sea preciso vislumbrar el destino. La publicación en open access como forma predominante, los datos de investigación encontrables, accesibles, interoperables y reusables, infraestructuras de investigación participativas, todo apuntalado por las habilidades digitales de los productores del conocimiento y conformando la herencia que dejará la información digital de hoy.
LIBER, Ligue des Bibliothèques Européennes de Recherche (Licencia del logo)
Ciñámonos a su roadmap para no perdernos, con siete áreas de enfoque. Como bibliotecario en mi pequeña biblioteca no puedo negociar suscripciones o firmar acuerdos de transferencia de copyright pero sí informar y publicitar los contratos y condiciones suscritos por el organismo, las modalidades de licencias o las condiciones de difusión de las artículos. FAQ’s estrella en mi rincón particular: ¿Hay algún presupuesto para comprar este libro? ¿Hay alguna ayuda para pagar la APC (Article Processing Charge) de este artículo? Convenios como el suscrito con la Royal Society of Chemistry (¡adiós double dipping!) apuntan al futuro de los nuevos modelos de relación con las editoriales científicas.
Algunos investigadores han parecido abrumados ante la publicación a finales de marzo del mandato institucional de acceso abierto del CSIC, como sintiéndose aún más presionados en medio de la tensión entre las agencias financiadoras y los editores. Aquí debemos obrar un efecto analgésico y explicar que la palabra es fea, mandato, pero el contenido es suave, más un aceite lubricante que otra vuelta de tuerca.
Siguiendo el esquema de las áreas, podemos auxiliarles para hacer los datos de investigación que sostienen los artículos más FAIR y dar un paso más, un salto más hacia la apertura total, con el desarrollo y uso de planes de gestión de datos y su conformación para incluirlos en la EOSC, la European Open Science Cloud. También debemos apoyar la DORA, Declaration on Research Assesment y el Manifiesto de Leiden e informar y utilizar, en consecuencia, métricas alternativas, que describan más el prestigio de los científicos que el de las revistas donde publican.
Datos de investigación FAIR (Licencia de la imagen)
La formación debe ser constante y dinámica. De pronto, un lunes de Semana Santa ya no hay sitio web de Researcher ID. Ahora hay que entrar en Publons pero el camino, hay que explicar, no va a ser un vía crucis. Hay que extender el uso del ORCID, también incluido en el mandato institucional, y explicar que la ciencia abierta debe tener implantación curricular y va a tener, cada vez más, peso en las evaluaciones y las promociones de personal. Se jacta alguna universidad bien cercana de que son los científicos los que persiguen a los bibliotecarios para que les archiven sus papers y no al revés, como ha sido hasta ahora habitual. Yo también quiero ser perseguido.
La ética y la integridad, siguiendo con las áreas de la hoja de ruta, deben estar presentes en todo el proceso de la investigación. Recomendar y disponer de software antiplagio, como se ha debatido en la Red recientemente, o prevenir contra los predator editors, que te invitan a dudosas conferencias desde asociaciones de 40 m2 en paradero desconocido y que editan revistas de ISSN inexistente.
Y también hay que apoyar la ciencia ciudadana, que es un atajo que une los dos extremos del cable en un círculo perfecto. Asistí el año pasado a la reunión 100xCiencia 3 de los centros del SOMMA (Alianza de Centros de excelencia Severo Ochoa y Unidades María de Maeztu) y pude aquilatar en boca de sus protagonistas, una gran cantidad y diversidad de proyectos de ciencia ciudadana, como las revistas de divulgación científica (el IAAA Magazine, por ejemplo), ciclos de charlas, eventos en directo, actividades para invidentes, videoblogs, dibujos animados para niños, programas semanales de radio, visitas educacionales, auto-caravanas recorriendo escuelas, programas divulgativos como Microbes!, del Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB), etc.
Volviendo al principio, pienso en el origen de la comunicación científica, cuando Galileo observó los anillos de Saturno en 1610 y lo transmitió con un anagrama encriptado a Kepler y otros pocos colegas, con el fin de reclamar la prioridad del hallazgo4. Cuando ahora entramos en la web de una revista y queremos leer el contenido de un artículo, quizá de un hallazgo más moderno, un frío mecanismo detecta nuestra IP o nos pide una contraseña, también una forma de acertijo para descifrar un mensaje. En el día a día de nuestro quehacer subimos postprints a Digital CSIC y construimos, gota a gota, registro a registro, una estalactita que rompe el muro de cristal (o de vidrio) de las suscripciones, de las cuotas, del dinero y las vallas del campo. Los correos electrónicos ya son solo correos, son los antiguos los que van adjetivados, como postales. Quizá en un futuro próximo el acceso ya no sea más abierto, solo excepcionalmente habrá acceso adjetivado, restringido, y alguna vez, la ciencia abierta, por encima de cualquier otra cosa, será simplemente, ciencia.
Notas
1 De la ciencia abierta a la investigación abierta: los vínculos entre la producción colaborativa y la cultura científica en la era de Internet (Eduard Aibar, UOC, 2014)
2 When will ‘open science’ become simply ‘science’? (Mick Watson, Genome Biology, 16: 101, 2015)
3 Outside in: The role of the university library in open science (Richard Ovenden, Wonkhe, 2018)
4 De la ciencia abierta a la investigación abierta: los vínculos entre la producción colaborativa y la cultura científica en la era de Internet (Eduard Aibar, UOC, 2014)
Webgrafia
https://digital.csic.es/handle/10261/167474
https://libereurope.eu/blog/2018/07/03/liber-launches-open-science-roadmap/
http://digital.csic.es/bitstream/10261/179077/3/Mandato_Acceso_Abierto_CSIC_2019.pdf
https://ec.europa.eu/research/openscience/index.cfm?pg=open-science-policy-platform
http://diarium.usal.es/gredos/2018/07/13/francia-presenta-su-plan-nacional-de-ciencia-abierta/
https://www.consorciomadrono.es/docs/declaracion_ciencia_abierta.pdf
https://www.uu.nl/en/university-library/open-science-university-library
https://wonkhe.com/blogs/outside-in-the-role-of-the-university-library-in-open-science/
https://www.rluk.ac.uk/working-towards-open-science-in-europe-a-research-libraries-perspective/
https://libraries.mit.edu/news/science-framework/28781/
https://www.library.ucsf.edu/news/open-science-at-ucsf/
https://recolecta.fecyt.es/node/933
https://www.uoc.edu/webs/eaibar/_resources/documents/Aibar_hibri.pdf
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