Enredadera, nº 35, julio 2020
Juan Pedro López Monjón |
Jueves por la mañana, reunión sobre Alma, sale el tema… ¡¡Madre mía, pero si mi ordenador lleva sin encenderse mínimo 8 meses!!! Pregunto a mi compañero Luis cómo configurar el ordenador para conectarme al escritorio virtual.
Habituado a usar en casa la tableta, la perspectiva de volver a encender ese ordenador viejo, pero no tanto como para pensar en comprar otro, se antojaba inútil para la situación que parecía avecinarse. Lo primero que pensé…. No voy a poder trabajar desde casa…. Pero bueno, habrá que encenderlo y probar…
Jueves por la tarde: enciendo el ordenador, lo enchufo y lo pongo sobre un viejo DVD para que no recaliente la mesa y de problemas… pide actualización… no me extraña, ¡después de tanto tiempo sin encender!, ¡qué menos!, empieza a actualizarse… son las 4…. Sigue actualizándose… son las 5… miro a ver cómo va y sigue actualizándose… las 9… voy a cenar… me fui a dormir aburrido de esperar, por la mañana estaba listo. ¿Cuánto tiempo estuvo actualizándose? No lo sé.
Viernes por la mañana: alboroto, mi viaje de fin de semana en el aire… todo parece que toma el camino que no nos gusta …. Hay que quedarse en casa… cancelo mi viaje una hora antes de la salida y tomo el camino a casa…. para trabajar desde allí durante 3 meses.
Viernes por la tarde: me pongo a configurar el escritorio virtual, algunos problemas, whatsapp a Luis, respuesta, nuevas pruebas, siguen los problemas, descarto un paso y… voilà!
Pienso cómo monto mi despacho, nunca lo he tenido en esta casa… yo uso 2 pantallas ¡¡¿¿cómo voy a trabajar con una sólo y tan pequeña??!! ¡¡¡El cable del monitor del antiguo PC!!!… lo busco, lo enchufo a la tele, más vieja que el ordenador aún… ¡Ya lo tengo! Configuro pantallas y, de nuevo, voilà! Preparado para trabajar….
Cualquier día laborable de la semana durante estos 3 meses: doy al botón de encendido del ordenador 3 segundos antes de abrir el frigorífico para sacar la leche y preparar el desayuno. Mientras se calienta el café me conecto al escritorio virtual y mientras desayuno leo el correo. Y comienza la jornada…, descanso para otro café algo más tarde que si estuviera en la oficina y brego con los chicos un poco para que estudien… sus profesores les mandan tarea.
Durante este tiempo no ha faltado el trabajo, ni las reuniones, pero esta vez todos por videollamada, no sólo Gaspar, Miquel Àngel y Rebeca. Tampoco han faltado los correos, las llamadas (aunque de estas menos, sólo del personal de la URICI), comunicación fluida y rápida para resolver problemas y necesidades de información.
Se podría decir que todo ha ido bien… no he tenido muchos problemas… si acaso que la cámara recibía la luz de la ventana y en videollamadas se veía regular…. Pero nada importante, lo único algo relevante fue que las bibliotecas no podían acceder a la encuesta que se manda para recopilar los datos no disponibles de modo centralizado para completar la estadística REBIUN, pero José Manuel Cerezeda, de la SGAI, lo solucionó rápidamente cuando le pasé la incidencia.
Durante este tiempo, entre otras tareas, se ha podido actualizar, replantear y completar con datos de 2019 la tabla de clasificación de bibliotecas que se diseñó en 2012 por parte de la Comisión de Directores. Para ello se han solicitado los datos no disponibles en la web o en el directorio de la URICI al personal de la misma que los podía tener u obtener. En este aspecto, como siempre, se ha tenido la mayor de las colaboraciones por parte de todos, por lo que se pudieron completar los datos y evaluar los resultados en varias reuniones vía Skype con los coordinadores de zona y otros responsables de la URICI. Los comentarios y propuestas de ponderación o de nuevos datos a tener en cuenta, además de la eliminación de los que han quedado obsoletos o ya no se pueden obtener por los cambios de las herramientas, han provocado la creación de una nueva tabla que será útil para múltiples cuestiones en la gestión de la Red.
En paralelo a esto se han recopilado los datos estadísticos de 2019 que faltaban aún por publicar y se han ido añadiendo al apartado de estadísticas de la web y de la intranet.
También se han ido recopilando los datos estadísticos para completar la estadística anual de REBIUN, por un lado, los disponibles de modo centralizado, a los que se ha tenido acceso sin problemas, y por otro, los no disponibles de modo centralizado que las bibliotecas nos aportan de modo desagregado y que en la URICI se unifican. Para obtener estos últimos este año se ha iniciado el uso de la herramienta que tiene el CSIC para realizar la encuestas lo cual ha supuesto el diseño completo del formulario, hecho que se ha aprovechado para mejorar la recopilación de datos de las Redes Sociales de las bibliotecas y de los pocos datos de adquisiciones que aún no se gestionan con Alma. Una vez diseñado el formulario se envió para que las bibliotecas lo rellenaran y fue cuando se dio el único problema serio durante el confinamiento, pero, como se ha comentado, desde la SGAI lo solucionaron en menos de 24 horas por lo que los datos se pudieron recopilar y tratar de modo que se han aportado los datos a REBIUN recientemente.
El otro gran frente de trabajo ha sido la elaboración del panel de Analytics con datos estadísticos de las bibliotecas para su consulta y uso. En este aspecto, la complejidad de la herramienta y los diferentes modos de presentación han dado lugar a no pocas reuniones, especialmente para el panel de préstamo con Gaspar Olmedo y Amparo Llorente, y a tener que consultar a José Ángel Maestro (UPV) para solventar alguno de los problemas con los que se ha bregado. Finalmente, el panel está en marcha y se irá ampliando su información en fases sucesivas.
Por tanto, durante el confinamiento el tener que teletrabajar no ha supuesto mucho inconveniente más allá de tener que dejarme las gafas puestas para ver la pantalla de mi pequeño ordenador y de que la silla, además de no ser muy cómoda, está a punto de romperse. La comunicación con los compañeros ha sido algo menor por no poder ir al despacho a comentar alguna cosa, pero siempre que ha sido necesario se ha hablado por teléfono, videollamada o por medio de correos. Se les echa de menos pero siempre han estado ahí para lo que hiciera falta, lo mismo que yo he tratado de estar para ellos de modo que no se ha tenido sensación de soledad en el trabajo.
A nivel personal el teletrabajo no ha sido impedimento para seguir con las tareas en curso pues, al contrario que si trabajara en una biblioteca con servicio al público, mis tareas dan servicio a las bibliotecas y archivos normalmente por medio del correo electrónico o del teléfono y en las labores de preparación de datos y demás tareas, tanto en el despacho como en casa, trabajo conectado al escritorio virtual del CSIC por lo que tengo toda la información y datos a mi alcance y, cuando no ha sido así, los compañeros de la URICI o de las bibliotecas y archivos, me la han facilitado sin problemas.
Evidentemente el motivo que provocó el teletrabajo ha sido y sigue siendo un tema serio y preocupante pero mi experiencia con el teletrabajo es positiva, lástima que haya venido motivado por la pandemia del coronavirus y que esta haya afectado mortalmente a conocidos y padres de amigos… esto sí que no lo he llevado bien.