Historia de la Red

El CSIC establece en 1984 el Plan de Informatización de Bibliotecas (PRIBIC) que empieza a funcionar el año siguiente con el objetivo de automatizar en un catálogo colectivo los libros y revistas que custodian las bibliotecas de la institución. A partir de ese momento se pone en marcha un proceso que incluirá la conversión retrospectiva masiva de los fondos bibliográficos y la creación de registros de autoridad para materias, entidades y autores; en poco tiempo, el catálogo colectivo del CSIC (CIRBIC) se convierte en una fuente de información básica para la información de carácter científico. CIRBIC, en los primeros años de su funcionamiento, se va a constituir en la columna vertebral de las bibliotecas del CSIC, propiciando la definición de modos de trabajo comunes y de prestación homogénea de servicios bibliotecarios; estas tareas de coordinación las asume de hecho el grupo de profesionales que trabaja en el PRIBIC, como también se hace cargo de la representación de las bibliotecas del CSIC en los ámbitos profesionales y, en especial, en las relaciones con las bibliotecas universitarias, favoreciendo el acercamiento institucional para la consecución de objetivos comunes. Toda esta actividad hace que las bibliotecas del CSIC se reconozcan desde muy pronto como integrantes de una red que trabaja de forma descentralizada con una dirección y criterios compartidos. La evolución de las bibliotecas del CSIC durante la última parte de la década de los 80 se produce en paralelo a la transformación general de las bibliotecas en España y en el mundo.

A partir de 1990 el CSIC reconoce oficialmente el desarrollo alcanzado por sus bibliotecas transformando ese año el PRIBIC en la Unidad de Coordinación de Bibliotecas (CBIC) con el objetivo principal de modernizar los servicios bibliotecarios y aprovechar al máximo los recursos. La Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC, denominación que se venía utilizando desde tiempo atrás, alcanza así un nivel que, durante la siguiente década, va a profundizar en los logros obtenidos y ampliar sus líneas de actuación. En 1998, a iniciativa de la CBIC, se pone en marcha la automatización de varios archivos del CSIC, iniciándose un camino de trabajo sostenido en el tiempo. A finales de los 90 la aparición de nuevas herramientas de comunicación y, especialmente, la irrupción de internet, va a propiciar vías de trabajo y desarrollo para las bibliotecas del CSIC, siendo especialmente importante por su trascendencia la incorporación de las primeras revistas electrónicas, que abren el camino a la implantación de los recursos electrónicos como fuente fundamental de información para la ciencia. También es en este periodo cuando se avanza en políticas de racionalización en la compra de recursos de información, tendencia que estará presente a partir de ese momento en la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC como elemento básico en la gestión del conjunto de su colección.

Se puede considerar que a partir del año 2000 se produce una aceleración en la transformación de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC; es desde ese momento, en años sucesivos, cuando la presencia de revistas electrónicas y libros electrónicos se consolida entre el personal investigador y se ponen a disposición de los usuarios nuevas formas, más cómodas y simples, de acceso a la información y de proporcionar los servicios bibliotecarios, no sólo de manera presencial, sino también a distancia; en ese sentido se puede destacar la puesta en marcha de la Biblioteca Virtual del CSIC, punto único de consulta de todos los recursos de información disponibles, y del Punto de Acceso a Proveedores de Información (PAPI), que permite llegar a la información científica desde cualquier lugar del mundo con conexión a internet. En estos años se aprobarán dos planes estratégicos específicos (2006-2009 y 2010-2013) que implican una visión de gestión unitaria y de largo alcance para la Red. En 2006 el CSIC firma la Declaración de Berlín por la que se adhiere a las políticas de acceso abierto; a partir de ese momento, la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC está firmemente involucrada en la difusión de la ciencia que se hace en la institución, concretándose en la puesta en marcha y rápida consolidación de un repositorio institucional (Digital.CSIC). En 2009 se aprueba el Reglamento de la Red de Bibliotecas y Archivos de la Agencia Estatal CSIC en el que se define claramente la estructura y funcionamiento de la Red y que es un texto fundamental para su desarrollo posterior. No menos importante es la aprobación en 2010 de la carta de servicios de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC, en la que se alcanza un compromiso total con las políticas de calidad que promueve la institución. Y también en este período se inicia la política de digitalización de fondos patrimoniales conservados en las bibliotecas y archivos del CSIC con el objetivo de hacer accesibles de la manera más amplia obras y documentos de gran relevancia para la Historia de la Ciencia.

Un hito fundamental es la creación, en 2011, del Sistema de Información Científica del CSIC, en el que sus bibliotecas juegan un papel destacado y donde se redefinen y amplían algunos objetivos de la coordinación bibliotecaria, lo que da lugar a la Unidad de Recursos de Información Científica para la Investigación (URICI) y a la incorporación oficial a sus funciones de la política de archivos históricos de la Institución, como reconocimiento a las tareas que en ese tema se venían desarrollando. A partir de 2012 se adopta la denominación de Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC.