LA TÉCNICA FOTOGRÁFICA Son necesarios dos procesos distintos para hacer posible la fotografía: el óptico -la cámara oscura- y el químico -que mendiante el uso de materiales fotosensibles (emulsión) permite fijar la imagen sobre un soporte (de cristal, acetato...)-. El procedimiento fotográfico más antiguo es el daguerrotipo, inventado por los franceses N. Niepce e L.J.M. Daguerre y patentado en 1839. La obra acabada es una imagen positiva impresionada sobre una placa (generalmente de cobre) recubierta con una lámina de plata. Es precisa una prolongada exposición -al principio mas de 30 minutos- a plena luz del sol. La imagen resultante es única, positiva y con el motivo invertido lateralmente y de materialidad muy delicada. De modo habitual, se les daba color y los clientes recibían el producto montado en un marco con un cristal o en una funda. La búsqueda de procedimientos más sencillos, rápidos, menos costosos y que proporcionasen una mayor calidad al producto final es una constante en la evolución de esta técnica. Así, surgieron nuevos sistemas como el ambrotipo (1848) que substituye la placa metálica por una de cristal con colodión y elimina la inversión de la imagen, o el ferrotipo (1856) que emplea una placa de metal (hierro) a la que se aplica colodión y nitrato de plata. Los dos procedimientos permitían un único ejemplar de cada imagen pero, aunque más barata y rápida, no consiguieron solucionar la fragilidad del resultado. Otra vía para alcanzar el mismo objetivo fue la propuesta por Fox Talbot (1841), que empleaba como soporte una simple hoja de papel que tenía las fibras superficiales impregnadas con substancias sensibles a la luz (calbotipo o talbotipo). Contemporaneamente al uso del negativo de colodión sobre vidrio la mayor parte de los fotógrafos emplearon este papel albuminado (introducido en 1850). Se unió así a la afinada técnica que permitía obtener negativos más estables y de mayor calidad de imagen, un material que reflejaba esa nitidez en el positivo, a la vez que permitía varias copias de la toma original a bajo coste. Esta combinación permitió el nacimiento de los célebres retratos "cartón de visita", aparecidos en 1854, que fueron el producto estrella de los estudios fotográficos que se asentaron en las villas y ciudades. En 1880 aparecen placas que emplean bromuro de plata sobre una capa de gelatina y vidrio, que permiten una mayor sensibilidad que el colodión. Lo más interesante de este procedimiento es que la mayor estabilidad de los materiales permitió su fabricación industrial, de modo que las placas podían ser elaboradas en un lugar, transportadas y distribuidas sin que se alterase su composición química, aunque la fragilidad inherente al vidrio continuó siendo su principal inconveniente. Los fabricantes más importantes fueron Lumière, Agfa, Eastman e Ilfor, que llegaron a producir miles de unidades diarias en los primeros años del siglo XX. El film negativo flexible -producido por Estman Kodak desde 1889- y los papeles fotográficos modernos -producidos a partir de 1890- provocaron un nuevo impulso en este arte y lo acercaron aún más al público en general. A pesar de estos avances, las placas de cristal continuaron empleándose durante mucho tiempo porque podían ser fabricadas localmente y, sobre todo, porque proporcionaban una calidad de imagen que tardó en ser superada. |